«El escritor uruguayo, Mario Benedetti, falleció este domingo en Montevideo a la edad de 88 años, tras padecer de una patología intestinal crónica que los últimos meses agravó su estado de salud.
"Falleció mientras dormía en su domicilio y en profunda paz. De a poquito dejó de respirar", dijo su secretario Ariel Silva, minutos antes que los médicos firmaran el acta que certificaba su muerte». – TeleSURtv.net
"Falleció mientras dormía en su domicilio y en profunda paz. De a poquito dejó de respirar", dijo su secretario Ariel Silva, minutos antes que los médicos firmaran el acta que certificaba su muerte». – TeleSURtv.net

Si se nubla el firmamento, sepan compañeros, que está de luto el éter, que se entristece el cielo, pues no todos los días guardan silencio las aves, con su canto que es vida.
Ha muerto un gran poeta, se ha fugado entre versos; ya no esgrimirá la pluma, pero en generaciones futuras, siempre habrá quienes declamamos sus textos, con este compromiso veteado de esperanzas, como lanzando mariposas a jugar con el viento, o corearemos sus frases, que Joan Manuel Serrat, Héroes del Silencio, o tantos otros, con su mágica alquimia transmutaron en música.
Sus frases contundentes, enamoradas, implacables, fueron compañeras constantes de nuestras andanzas por Alto Verde, Quebrada Arriba y el puente colgante, manaron como aullidos en nuestras noches de barato vino y guitarra cantante.
Si miran hoy al sur (siempre al sur), verán un cielo que se tarja en su duelo, y una bandada de versos que lo surca muy lento.
Benedetti: esquirlas de tus poemas hirieron de por vida nuestra marcha en el tiempo. A ti loor.
Matias Arango Uribe
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